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Lo maravilloso del Coaching es que podemos aplicarlo en todas las esferas de nuestra vida: en nuestras relaciones con los demás, en nuestra relación con nosotros mismos, en la vida personal, familiar, profesional y laboral, en la salud, en nuestros hábitos, en cualquier meta que nos propongamos, en cualquier aspecto que deseemos reformular de nuestra realidad.
¿Cómo puede ayudarnos cambiar de percepción en todo esto? Pues bien, visualicemos en nuestra mente o dibujemos en un papel un puntito. Ese puntito sos vos, soy yo, es cada uno de nosotros, con todo lo que sabemos que sabemos. Sabemos que sabemos, por ejemplo, sumar y restar, sabemos que sabemos tal vez conducir, cocinar una torta, cómo enviar un correo electrónico o dónde comprar un tornillo. Además, cada uno sabe que sabe sobre temas en particular, por ejemplo, algunos saben sobre informática, otros saben sobre medicina, otros saben sobre animales, y otros saben sobre electricidad. En ese puntito cabe todo lo que sabemos que sabemos. “Sé que sé esto, sé que sé hacer lo otro”.
Ahora imaginemos o dibujemos alrededor de ese puntito un círculo de cualquier tamaño. Dentro de ese círculo visualicemos muchos otros puntitos con otro color. Estos representan todo aquello que sabemos que no sabemos. Por ejemplo, podemos saber que no sabemos pilotear un avión, o que no sabemos sobre fórmulas químicas, o que no sabemos el nombre de nuestro tatarabuelo, o cuántas neuronas tiene nuestro cerebro. “Sé que no sé esto, sé que no sé hacer lo otro”. Cuando ante un problema nos topamos con algo que sabemos que no sabemos hacer y que es necesario aprender, o que requiere ayuda de alguien que sepa hacerlo, la solución es fácil y está a la vista: aprendemos a hacerlo o buscamos ayuda.
Pero el verdadero desafío se presenta en el siguiente nivel. Fuera del círculo que dibujamos en el que dentro de halla el puntito inicial dibujaremos muchos otros puntitos sin límite de espacio. Podemos imaginar que esos muchos puntitos se extienden por la hoja hacia el infinito y más allá. Todos ellos representan lo que no sabemos que no sabemos. Así es, hay muchas cosas que no tenemos idea que no sabemos. Te puede haber pasado cuando aprendiste algo de forma inesperada que hayas pensado “¡no sabía que esto existía!”, o simplemente ahora recordar cualquier aprendizaje y darte cuenta que momentos antes no sabías que no sabías lo que aprendiste después.

¿Cómo aplica esto en la vida cotidiana?
De muchas maneras. Por ejemplo, al juzgar a alguien muchas veces no sabemos todo lo que no sabemos de esa persona o de lo que está ocurriendo en su vida. Podemos llegar a elaborar suposiciones con lo que sabemos que sabemos, y también podemos reconocer que tiene algún problema sobre el cual no sabemos, pero todo lo que no sabemos que no sabemos está oculto a nuestra mirada y nuestro entendimiento, porque sencillamente no sabemos que no lo sabemos. También nos pasa cuando nos enfrentamos a un problema al cual no encontramos solución posible: hay algo que no estamos viendo. O con nosotros mismos cuando actuamos bajo algún trauma del pasado de manera inconsciente, no sabemos que no sabemos el origen de nuestro de comportamiento. En cualquier situación de la vida donde lo que sabemos no alcanza, y donde lo que sabemos que no sabemos no es suficiente, seguramente el camino debe abrirse entre lo que no sabemos que no sabemos.
El Coaching nos ayuda precisamente a eso, a explorar entre la cantidad de cosas que no sabemos que no sabemos para abrir nuevas posibilidades. Una forma sencilla de decirlo sería “si A no es una opción y B tampoco, entonces hay que buscar la opción C”. Lo que sucede habitualmente es que sólo contemplamos las opciones A y B, y allí nos quedamos estancados, y ni siquiera pensamos que pueda existir una opción C. Esto significa cambiar la percepción, aunque sería más justo decir que la ampliamos, que nos salimos del molde, que dejamos de lado lo evidente y vamos en busca de algo más, de eso que no estamos viendo pero que estamos necesitando.
También significa darnos cuenta, en relación a otras personas, la importancia de no juzgar, porque es infinito lo que no sabemos que no sabemos sobre el otro. Y cuando dejamos de juzgar también dejamos de esperar que los demás sean como queremos que sean, y se abre paso la aceptación que es una inmensa bocanada de aire fresco en las relaciones. De este modo entenderemos que, si queremos que algo cambie, dependerá de nosotros mismos.
¿Por qué decimos que el Coaching nos pone en movimiento?
Porque al ayudarnos a ver una posibilidad que antes no veíamos nos abre también una nueva posibilidad de acción, y así mismo nos ayuda a encontrar las herramientas necesarias para llevarla a la realidad. Cuando descubrimos que existe la opción C para resolver lo que antes parecía imposible o difícil, lo siguiente es avanzar en esa dirección. El Coaching nos ayuda a salir de donde estamos estancados y llegar a donde deseamos llegar, se trate esto de una relación, un objetivo laboral, un conflicto familiar o cualquier aspecto que deseemos modificar.
Para esto el Coaching se vale de preguntas. Sí, una pregunta poderosa vale más que mil respuestas equivocadas, y las respuestas siempre saldrán de uno mismo, nunca del Coach. Las preguntas son poderosas porque nos obligan a buscar en nuestro interior, a desafiarnos, a indagarnos, y muchas veces terminan siendo reveladoras. Es a partir de las preguntas que llegaremos a ver lo que antes no veíamos, como si fuesen llaves que van desbloqueando candados. Por ello es importante saber qué preguntarnos y cómo preguntarnos.

Una pregunta que deberíamos eliminar, o por lo menos evitar en lo posible, es la famosa “¿por qué a mí?” o “¿por qué me pasa esto?”. Esta clase de preguntas no nos llevan a ninguna parte, ya que muchas veces no hay respuesta a ello, y aunque la encontráramos de poco nos serviría conocerla. Es mucho más útil preguntarse “¿para qué me pasa esto?”, “¿para qué quiero cambiar aquello?”, “¿para qué necesito eso?”, esto revela nuestras intenciones y nos dirige la mirada hacia el presente y el futuro, que es donde podemos actuar, y no hacia el pasado donde se encuentra el por qué, algo que no podemos cambiar.
En Coaching siempre será útil preguntarnos qué, para qué y cómo, y todas las respuestas deberán relacionarse con acciones que dependan de uno mismo y no de otros. Por supuesto, siempre será más efectivo si podés realizar sesiones de Coaching con un coach ontológico, ya que está preparado para preguntar sin juzgar, sin sugerir respuestas, de una manera objetiva y profesional. Pero esto no quiere decir que no puedas aplicar algunas de las herramientas que el Coaching ofrece para mejorar tu vida. Por eso te animo a que ante un conflicto, ante un problema que parezca ser un callejón sin salida, ante un propósito que quieras llevar a cabo y no sepas cómo, empieces por hacerte preguntas poderosas que te ayuden a ver lo que no estás pudiendo ver.
Algunas preguntas poderosas que te pueden servir
- ¿Qué quiero cambiar en mi vida? Cuidado al responder esta pregunta. La respuesta no debe ser lo que ya no querés en tu vida, sino lo que sí querés. Por ejemplo, si la respuesta es “ya no quiero tener problemas económicos”, volver a preguntar: “¿y qué sí quiero?” (siguiendo el ejemplo: “prosperidad económica”). Recordá que siempre deberá ser algo que dependa de vos, para lo cual podrás preguntarte “¿qué de lo que quiero depende de mí?”.
- ¿Qué significa (lo que quiero lograr) para mí? En el ejemplo anterior, “¿qué es la prosperidad económica para mí?”.
- ¿Para qué quiero lograr esto? ¿Qué va a cambiar en mi vida cuando lo logre?
- ¿Qué me impide lograrlo?
- ¿Qué me hace pensar esto? ¿Para qué me sirve pensar así?
- ¿Cómo sé que esto es así?
- ¿Cómo puedo resolver aquello que me impide lograrlo?
- ¿Qué necesito para hacerlo? ¿Cómo puedo obtenerlo?
- ¿Qué creencias necesito cambiar? ¿Para qué? ¿Qué necesito para cambiarlas?
- ¿Qué ayuda puedo necesitar? ¿Cómo puedo obtenerla?
- ¿Cómo voy a saber que estoy logrando lo que quiero?
En los siguientes números de Vivas & Libres seguiré compartiendo y profundizando herramientas y conceptos del Coaching para la vida. ¡No te los pierdas!